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Bajo cálidas luces estroboscópicas y vibrantes ritmos house, un festival reciente en la Ciudad de México ofreció más que música, comida y bebida. Entre la oferta habitual, una cabina ofrecía pruebas de drogas gratuitas y anónimas.
La iniciativa, conocida como “Checa tu Sustancia”, es una de varias iniciativas recientes de la sociedad civil mexicana para reducir el riesgo de consumo de drogas. Impulsada por el Instituto RIA, organización mexicana de investigación y defensa de políticas de drogas, busca abordar el consumo de drogas desde una perspectiva de salud pública y justicia social, más que desde una perspectiva de seguridad.
En un rincón bien iluminado del festival, miembros del Instituto RIA usaron reactivos y placas de porcelana de laboratorio para analizar sustancias que algunos asistentes planeaban usar y registraron los datos. Su análisis utiliza cambios de color para indicar la composición de la droga: puede revelar la presencia de adulterantes, pero no su proporción exacta.
También ofrecieron tiras de prueba que pueden detectar la presencia de fentanilo y aerosoles nasales de naloxona, un medicamento diseñado para revertir rápidamente la sobredosis de opioides.
También había folletos informativos que detallaban los efectos de varias sustancias psicoactivas y qué hacer para reducir los riesgos asociados con su uso, incluidas medidas simples pero críticas como mantenerse hidratado y comer bien.
Aunque algunos asistentes a la fiesta parecían desconfiados de la iniciativa, otros la abordaron con curiosidad.
“(Hay) asombro, pero también un poquito de miedo, porque hay todo un contexto de criminalización”, dijo Jessica Reyes Moreno, de 27 años, estudiante de psicología social y voluntaria de Checa tu Sustancia.
Cuando se detectan sustancias inesperadas, los usuarios reciben información detallada sobre qué son, sus riesgos, posibles interacciones con otras sustancias y ajustes de dosis, lo que les permite tomar decisiones informadas.
Reducción de daños vs. abstinencia
Cuando la gente entiende que el enfoque no está en prohibir sino en ofrecer información y espacios seguros, sin prejuicios, donde puedan ser escuchados, se genera confianza, afirmó Reyes Moreno.
“Creo que es información que deberíamos tener. Porque (el consumo de drogas) es tabú, y si no estamos informados, podemos sufrir una sobredosis”, dijo un fiestero mexicano de 34 años, que pidió el anonimato debido a su consumo de sustancias ilícitas.
Dijo que siente que no hay suficiente información sobre las drogas ilegales en México, y cuando la hay, es confusa o pura estigma. “Es simplemente ‘No lo hagas’, pero no existe eso de ‘Si lo haces, toma esta precaución'”.
El enfoque de “no lo hagas” considera la abstinencia como la solución. En cambio, la reducción de daños, según la definición de Reducción de Daños Internacional, busca minimizar los efectos negativos para la salud, sociales y legales del consumo de sustancias, trabajando con las personas sin juzgarlas ni exigirles que dejen de consumir drogas.
El enfoque se centra más en las personas y sus comunidades que en el contenido.
“Nunca decimos que no deberías consumir esto”, dijo Zara Snapp, politóloga y directora del Instituto RIA. “La mejor manera de reducir los riesgos es no consumir nada. Pero si has tomado la decisión de consumir, queremos que tengas la mayor información posible para que puedas cuidarte”.
‘Elige ser feliz’
El enfoque prohibicionista y de línea dura de la guerra contra las drogas en México ha llevado a la percepción del usuario como alguien necesariamente asociado con el narcotráfico o actividades delictivas.
A principios de este año, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, presentó la última campaña antidrogas de su gobierno, “Aléjate de las drogas. El fentanilo mata”, que se centra en el opioide sintético responsable en su año más mortífero de más de 70.000 muertes por sobredosis cada año en Estados Unidos, que ahora se han reducido a un estimado de 52.000 muertes al año.
Dirigida a jóvenes mexicanos, la campaña presenta el consumo de drogas como un problema de salud pública, pero algunos videos y vallas publicitarias de neón muestran escenarios donde la muerte y la soledad (consumo de drogas) se contrastan con la vida y la familia (no consumo de drogas). Dicen: “Elige ser feliz”.
“No es que si consumo drogas no voy a ser feliz, o si dejo de consumir drogas voy a ser feliz”, dijo Lilia Pacheco, directora operativa de PrevenCasa AC, una organización con sede en Tijuana que implementa iniciativas de reducción de daños para usuarios de opioides, en su mayoría deportados de Estados Unidos que reportan que comenzaron a consumir en ese país.
“¿Cómo podemos decirle eso a alguien que consume porque tiene frío, hambre o síndrome de abstinencia?”, preguntó.
El Departamento de Salud de México no respondió de inmediato a las preguntas sobre las preocupaciones de que su última campaña estigmatiza el consumo de drogas.
El Dr. Carlos Magis, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México y miembro de un grupo de trabajo sobre opioides, afirmó que el estigma plantea serios desafíos. Citó ejemplos de personal sanitario que rechaza el tratamiento sin abstinencia, el acceso limitado a la naloxona o la escasez de clínicas públicas de metadona.
Rompiendo el miedo y el aislamiento social
Un informe reciente del Observatorio Mexicano de Salud Mental y Consumo de Drogas encontró que entre 2013 y 2024, 5,901 personas en México fueron atendidas por emergencias relacionadas con el consumo de opioides, con una tendencia al alza.
PrevenCasa reduce el daño no pidiendo a los usuarios que dejen de consumir, sino demostrando que sus vidas importan al brindarles equipos de inyección seguros, duchas, artículos de tocador y eventos sociales como las noches de cine los viernes.
“Estas intervenciones mejoran la calidad de vida, a diferencia de un cartel que dice ‘el fentanilo te mata'”, dijo Pacheco. “El derecho a la salud debería ser universal”.
Tanto Pacheco como Snapp enfatizaron que el cuidado colectivo es fundamental en los esfuerzos de reducción de daños. Ya sea que se practique en las instalaciones de organizaciones que trabajan en la frontera o en festivales de música electrónica, el objetivo es romper el aislamiento social y el miedo de manera concreta.
“Este es un servicio que salvará vidas… es muy vanguardista”, dijo un hombre de 43 años, que pidió el anonimato por ser consumidor de sustancias ilícitas, después de que miembros del Instituto RIA probaran su éxtasis en un festival reciente.
Dijo que los kits de prueba de drogas están disponibles en Estados Unidos, de donde él es, pero que en su experiencia hasta el momento, es algo que la gente generalmente hace por su cuenta o a puertas cerradas.
La visibilidad y organización de Checa tu Sustancia fue una sorpresa para él.
“Me siento bien de no estar haciendo nada malo. Solo estoy aquí para divertirme, pero ahora con tranquilidad”, dijo con una sonrisa. Luego se reunió con sus amigos y desapareció entre la multitud que bailaba.
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