Entre gritos y protestas, Morena usa su mayoría calificada en el Senado y avala reforma de supremacía constitucional.

“¡No a la dictadura, no a la dictadura!”, gritaron senadores de oposición desde megáfonos. Los senadores del PAN colocaron una manta con la misma leyenda, mientras los oficialistas portaban mantas con la leyenda: “Oposición moralmente derrotada”.



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Con la advertencia de la oposición de que el oficialismo busca impedir la defensa ciudadana frente a cualquier acto de gobierno, Morena usó nuevamente su supermayoría en el pleno del Senado de la República para aprobar en lo general y lo particular la reforma de supremacía constitucional que impedirá los amparos para tumbar reformas constitucionales.

La norma se aprobó esta madrugada por 85 votos de senadores de Morena, PT y del PVEM, y 41 en contra de PAN, PRI y Movimiento Ciudadano. El dictamen aprobado fue turnado a la Cámara de Diputados para su análisis.

“¡No a la dictadura, no a la dictadura!”, gritaron senadores de oposición desde megáfonos. Los senadores del PAN colocaron una manta con la misma leyenda, mientras los oficialistas portaban mantas con la leyenda: “Oposición moralmente derrotada”.

El panista Ricardo Anaya expresó en tribuna: “No estamos discutiendo la reforma judicial, lo que estamos discutiendo hoy es una reforma constitucional que ustedes pretenden aprobar, otra vez de noche, a espaldas del pueblo de México que implica que, si se hace una reforma constitucional, jamás, nunca, por ningún motivo y bajo ninguna circunstancia procederá recurso legal alguno, no habría amparo, no habría acción de inconstitucionalidad y no habría tampoco controversia constitucional”.

El oficialismo argumentó que la reforma propuesta por Adán Augusto López no pretende limitar derechos de los ciudadanos a defenderse, sino únicamente trasladar a la Constitución el contenido del artículo 61 de la Ley de Amparo para que no procedan las impugnaciones contra reformas constitucionales.

“Y lo que queremos hacer con la reforma es dejar con toda claridad establecido que el poder reformador es la Constitución, como órgano que representa la soberanía nacional, que reside esencial y originalmente en el pueblo; no puede ser controvertido por ningún mecanismo de control jurisdiccional”, dijo el senador morenista Enrique Inzunza.

La reforma al artículo 105 constitucional estableció que “son improcedentes las controversias constitucionales o acciones de inconstitucionalidad que tengan por objeto controvertir las adiciones o reformas a esta Constitución”.

Además, la reforma al artículo 107 para establecer que “no procederá el juicio de amparo contra adiciones o reformas a esta Constitución”.

La senadora panista Lily Téllez dijo: “Aquí está esta nefasta reforma anticonstitucional que retira cualquier candado para detener a la mayoría despótica e ilegítima cuando pretende modificar la Constitución, aún en contra de su espíritu republicano”.

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