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Marco Verde perdió en la Final de box en la categoría de los 71 kilogramos; sin embargo, obtuvo una medalla de plata que lo llevó a la inmortalidad del deporte mexicano, así que el mazatleco agradeció el fervor y todo el apoyo que recibió en los últimos días.
“Espero que todo México esté orgulloso de mí porque, pues, di todo de mí, espero que les haya llegado algo al corazón”, puntualizó Marco a TUDN tras enfrentarse al uzbeko Asadkhuja Muydinkhujuaev, quien resultó un rival que se dedicó a huir del poderoso golpeo del mexicano.
“Sabía que así iba a ser la pelea, que iba a moverse mucho, así son los estilos uzbekos. Él sabía que si se quedaba parado, no iba a poder conmigo porque tengo más corazón y más valentía, por eso no se paró”, añadió.
Verde le dedicó su medalla a su abuela, su familia y en especial a su padre Manuel, quien también fue boxeador olímpico en Barcelona 92, pero no logró alcanzar el podio. Marco se tatuó la palabra ‘familia’ en su cuello, “los llevo en el corazón y en la piel”, en todo eso pensaba mientras le colgaban la presea.
“Cuando estaba arriba y me iban a dar la medalla, sólo pensé en tantos años de entrenamiento, tanto sufrir, bajar de peso, creo que eso se me vino a la mente, con mi entrenador sufriendo, con lesiones, se me vinieron muchas emociones, pero lo disfruté, lo sentí”, sentenció el pugilista, quien aún no sabe si dará el paso al profesionalismo.
“Aún no sé, es algo que tengo que pensar muy seriamente porque el amateur es muy divertido, me encanta pelear con otros países y estilos, pero el profesional también es llamativo, así que voy a ver qué es lo que pasa”, sentenció.
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