La Opinión.
El mundo del béisbol pierde a una gran leyenda. El legendario Orlando Cepeda falleció a sus 86 años, así lo informaron los San Francisco Giants y la familia del pelotero. “Perruchín” dejó una gran huella en las Grandes Ligas.
“Nuestro amado Orlando ha fallecido en paz esta noche en su casa, escuchando su música favorita y rodeado por sus seres queridos (…) Nos consuela que él está en paz”, dijo Nydia, esposa de Cepeda, en un comunicado expuesto por la organización de las Grandes Ligas.
Orlando Cepeda ya padecía algunos problemas de salud. En la temporada de 2017, el boricua ya no podía asistir frecuencia al estadio de los San Francisco Giants por sus complicaciones médicas. De hecho, en febrero de 2018 tuvo que ser hospitalizado luego de sufrir un infarto.
Pero el recuerdo de Orlando Cepeda será imborrable. En 1999 ingresó al Salón de la Fama gracias a su rendimiento en el diamante. El expelotero puertorriqueño fue Novato del Año de la Liga Nacional en 1958. Luego de este logro, 9 temporadas más tarde, Cepeda lograría alzarse con el Jugador Más Valioso de esa misma división. Ambas designaciones ocurrieron mientras defendía la primera base y los jardines de San Francisco Giants.
En su campaña de novato, Cepeda ya demostraba de lo que era capaz de hacer. El boricua logró 25 jonrones y dejó un promedio de .312. Su carrera en las Grandes Ligas fue muy regular, al punto que formó parte de 7 Juegos de las Estrellas.
En términos generales, Orlando Cepeda participó en 17 temporadas en las Grandes Ligas. “Perruchín” conectó 379 cuadrangulares, impulsó 1,365 carreras y dejó un promedio de .297 en más de 2,000 juegos en la MLB.
Una mancha que casi le costó la gloria
Orlando Cepeda se retiró de las Grandes Ligas en 1974 con el uniforme de los Kansas City Royals. Pero al año siguiente del retiro el boricua fue detenido en el aeropuerto internacional de San Juan. Cépeda fue acusado de querer recoger un cargamento de marihuana.
El expelotero boricua fue sentenciado a cinco años de cárcel, pero solo cumplió 10 meses. Este incidente le costó en las votaciones al Salón de la Fama, pero pudo acceder en la lista predilecta y pudo dejar su huella en el mejor béisbol del mundo.
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