EFE.
Un grupo de líderes latinos de Estados Unidos elogió la respuesta de Nueva York a la ola de migrantes que la ciudad ha recibido en los dos últimos años, tras visitar varios albergues para los recién llegados establecidos por la administración local, como en el hotel Roosevelt.
El grupo fue invitado por el alcalde de la ciudad, Eric Adams, quien ha lidiado con la crisis humanitaria creada por los miles de migrantes, en su mayoría latinoamericanos, enviados primero por el gobernador de Texas, Greg Abbott, pero llegados también por su cuenta, y que buscan asilo.
Estos líderes nacionales aplaudieron las iniciativas locales para los migrantes, mientras que algunos activistas de la ciudad han criticado esa misma respuesta a la crisis, incluyendo la decisión de la administración de Adams (demócrata) de limitar el tiempo que están en los albergues.
“El camino hacia una migración legal, segura y humana está gravemente deteriorado”, dijo en rueda de prensa Juan Proaño, director ejecutivo de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (Lulac) frente al hotel Roosevelt, convertido en albergue para migrantes y donde se estableció un centro de bienvenida.
Proaño visitó la ciudad acompañado de la monja Norma Pimentel, directora ejecutiva de Caridades Católicas del Valle del Río Grande (Texas); Oscar Chacón, de Alianza Américas (Chicago), y Abel Núñez, del Centro de Recursos Centroamericanos (California), a quienes Adams agradeció su apoyo.
Los activistas, que han visitado también otras ciudades con migrantes llegados en los dos últimos años, dijeron a EFE que estas podrían aprender de Nueva York, porque provee albergue, comida, educación para los niños, servicios de salud y ayuda con la solicitud de asilo, además de permisos de trabajo.
Coincidieron en sus reclamos de cambios al sistema migratorio obsoleto del país, que debe ser desde una mirada bipartita.
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“Es importante que trabajemos juntos para establecer una respuesta justa que contribuya al bienestar de nuestro país”, dijo Pimentel, porque según él, así no solamente se protegerán las fronteras y a las personas que ingresan, sino que se establecerán procedimientos para defender la dignidad de la humanidad.
La religiosa y Núñez aseguraron a EFE estar impresionados con la respuesta de Nueva York.
Chacón destacó por su parte que recibir a 190 mil personas es admirable en cualquier lugar del mundo, sobre todo porque ciudades como Nueva York o Chicago no están preparadas para manejar lo que ha pasado con la llegada de miles de personas.
“Normalmente, esa es una función que debería asumir el gobierno federal, que no lo ha hecho”, dijo Chacón, que considera que las ciudades jugarán un papel muy importante en el futuro porque lograrán, si se unen, que el gobierno federal haga lo que le corresponde.
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