EFE.
Las autoridades estadounidenses ordenaron este miércoles la inmovilización de todos los aviones Boeing 737 MAX-9 “hasta que sean seguros”, después de que el pasado viernes una de estas aeronaves, de la compañía Alaska Airlines, perdió parte del fuselaje en pleno vuelo.
El secretario de Transporte, Pete Buttigieg, precisó hoy que “no hay una fecha concreta” de cuándo esos aparatos retornarán a los cielos, apenas una hora después de que Alaska anunciara que retiraba sus aparatos desde hoy y hasta el próximo sábado.
Alaska Airlines había dicho en un comunicado que esta inmovilización temporal iba a suponer la cancelación de entre 110 y 150 vuelos por día hasta el sábado, y que entretanto trabaja contra el reloj para reacomodar a todos los clientes que resulten afectados por las cancelaciones.
También United anunció que tuvo que cancelar 167 vuelos este miércoles, y continuaría haciéndolo el jueves.
Buttigieg, que no quiso poner fecha al retorno de esos modelos a los cielos estadounidenses, dijo que había hablado con la dirección de Boeing para recordarles su obligación de que entregue a las compañías aéreas aparatos “100% seguros”.
Alaska Airlines es una de las compañías con más aparatos Boeing 737 MAX-9 (65), junto a United (79), Copa, Aeroméxico, Iceland y algunas compañías asiáticas: en total, suman 215 de estos aviones en servicio en todo el mundo.
Tanto Alaska como United reconocieron que en las primeras inspecciones realizadas a sus aparatos han encontrado tornillos y otros componentes sueltos.
La aeronave de Alaska Airlines que sufrió el incidente perdió a casi 5 mil metros de altura el panel con el que se había sellado un hueco diseñado para alojar una puerta adicional de emergencia, una medida habitual en aviones que realizan trayectos con poca densidad de pasaje.
El avión se vio obligado a volver a la ciudad de Portland (Oregón), de donde había despegado, pocos minutos después de alzar el vuelo, sin que se produjeran heridos graves.
Tras el incidente, la autoridad federal de la aviación estadounidense (FAA, en inglés) inmovilizó 171 aeronaves 737 MAX-9 para realizar inspecciones, lo que ya ha supuesto cancelaciones de numerosos vuelos.