Reuters.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, promulgó el viernes una ley de política de defensa del país que autoriza un gasto militar anual récord de 886 mil millones de dólares y medidas como ayuda a Ucrania y respuesta a China en el Indo-Pacífico.
La Ley de Autorización de Defensa Nacional, o NDAA, fue aprobada por el Congreso la semana pasada. El Senado estadounidense, controlado por los demócratas, aprobó la legislación con una fuerte mayoría bipartidista de 87 a 13, mientras que la Cámara de Representantes votó a favor por 310 a 118.
El proyecto, una de las pocas leyes importantes que el Congreso aprueba cada año, rige todo, desde aumentos salariales para los miembros del servicio y compras de barcos y aviones, hasta políticas de apoyo a socios extranjeros como Taiwán.
La ley, de casi 3 mil 100 páginas, ordena un aumento salarial del 5.2% para los miembros del servicio y eleva el presupuesto total de seguridad nacional del país en aproximadamente un 3% a 886 mil millones de dólares. También enumera ciertas empresas chinas de baterías que, según dice, no son elegibles para las adquisiciones del Departamento de Defensa.
La NDAA del año fiscal 2024 también incluye una extensión de cuatro meses de una autoridad de vigilancia nacional en disputa, lo que brinda a los legisladores más tiempo para reformar o mantener el programa, conocido como Sección 702 de la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera.
Esa disposición enfrentó objeciones tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes, pero no las suficientes como para descarrilar el proyecto de ley.
El proyecto de ley extiende una medida para ayudar a Ucrania, la Iniciativa de Asistencia a la Seguridad de Ucrania, hasta finales de 2026, autorizando 300 millones de dólares para el programa en el año fiscal que finaliza el 30 de septiembre de 2024 y el siguiente.
Sin embargo, esa cifra es pequeña en comparación con los 61 mil millones de dólares que Biden había pedido al Congreso que aprobara para ayudar a Kyiv a combatir una invasión rusa que comenzó en febrero de 2022. Los republicanos se habían negado a aprobar la asistencia para Ucrania sin que los demócratas aceptaran un endurecimiento significativo de la ley de inmigración.
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