Por José Gerardo Mejía
Convencido de que un ritual prehispánico daría fortaleza a Adán Augusto López Hernández, el chamán Vicente Téllez comenzó a hablar en náhuatl cuando tuvo enfrente al aspirante presidencial de Morena al arribar al mitin que encabezó en Tijuana, Baja California.
Vestido como caballero azteca, el chamán Téllez dio fuertes soplidos a un enorme caparazón de caracol para que su sonido impregnara al extitular de la Secretaría de Gobernación.
No lo logró. Tal vez faltó el humo del copal, utilizado de manera ancestral para purificar y alejar malos espíritus, pero que fue prohibido su uso por el equipo de López Hernández “porque tenía el licenciado afectada la garganta”. El ritual quedó incompleto.
Lo cierto es que 45 minutos después, Adán Augusto defendió, literalmente, otra vez su postura de haber lanzado codazos, insultos y empujar a asistentes, incluidas mujeres, como la diputada federal, Karla María Rabelo Estrada, en el mitin que encabezó en Huimanguillo, Tabasco el martes pasado.
Entrevistado al término de la asamblea informativa en la Cancha de praderas de la mesa de Otay, primero negó las agresiones, porque “eso nada más está en la imaginación de ustedes”. Se le aclaró que había un video de lo ocurrido
“Yo lo repito, si yo voy caminando y te agreden porque me punzaron con algo, pues la primera reacción es la de defenderse, cualquiera lo haría, no maximicen las cosas”, subrayó.
Los cuestionamientos continuaron. Se le mencionó que, incluso, en redes sociales surgió el hashtag con la leyenda “abrazos, no codazos”.
“No importa, cualquiera lo haría, cualquiera defiende su integridad o qué, ¿tengo que quedarme parado? No, es una reacción, pero no magnifiquen las cosas”, respondió al tiempo que se ponía en posición de firmes.
Adán Augusto insistió: “Lo que pasa es que ustedes todo eso lo utilizan con algunos aliados, que ya después les diré quién… es guerra sucia” y se fue a Toluca a su penúltimo mitin.
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