El llamado de México y Colombia: “No queremos poner más muertos”.



Proceso.

Representantes de Colombia y de México pidieron a la Comisión de Estupefacientes de la ONU reconocer el total fracaso de la política antidrogas prohibicionista y represiva, y adoptar una estrategia con un enfoque abierto a la despenalización. Sin embargo, especialistas advierten que, aunque los resultados muestran la completa inutilidad del prohibicionismo, será “muy difícil” desmontarlo debido a que lo respaldan la mayoría de los 53 países miembros de esa Comisión, entre ellos Estados Unidos.

BOGOTÁ (Proceso).–Colombia y México, los países que más alto costo han pagado en la guerra antidrogas a escala global, propusieron a la comunidad internacional dar un viraje a la política basada en la prohibición de estupefacientes y transitar hacia un modelo abierto a la despenalización de sustancias como el cannabis y la hoja de coca.

El planteamiento lo hicieron en la Comisión de Estupefacientes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que es, paradójicamente, uno de los organismos internacionales que representa el statu quo del prohibicionismo en materia de drogas y que realizó su 66º periodo de sesiones durante la última semana en Viena.

En ese encuentro, que congregó del 13 al 17 de marzo a los responsables de la lucha antidrogas de varios países, representantes de los gobiernos de Colombia y de México pidieron a la Comisión de Estupefacientes reconocer que la guerra contra las drogas “fracasó” y agregaron que ya no quieren seguir poniendo más muertos.

La vicecanciller colombiana Laura Gil lo dijo con total claridad: “Mi país está cansado de poner los muertos y cansado de perseguir a sus campesinos en esta guerra contra las drogas, que fracasó”.

Además reprochó a las naciones con mayor consumo de drogas por exigir a América Latina detener la producción y el tráfico “sin poner de su parte” y “sin hacer lo suficiente” para prevenir las adicciones.

“Rechazamos las cargas desproporcionadas que se nos han impuesto a las poblaciones de América Latina y el Caribe”, señaló la vicecanciller, y enseguida llamó a la Comisión de Estupefacientes de la ONU a retirar la hoja de coca de la lista de sustancias controladas de la Convención sobre Estupefacientes de 1961, pues su inclusión fue “un error histórico”.

El vicepresidente de Bolivia, David Choquehuanca, también solicitó ante el pleno de la Comisión de Estupefacientes excluir la hoja de coca de la lista de drogas ilícitas porque se trata de “una normativa negligente” que ha provocado la violación de soberanías de los pueblos originarios a través de los programas de erradicación impuestos por Estados Unidos.

Nuevo paradigma

El gobierno de México se sumó a las críticas de Colombia y Bolivia contra el régimen prohibicionista. Lo hizo a través del comisionado nacional contra las adicciones, Gady Zabicky, quien en una intervención vía teleconferencia dijo que se necesita “urgentemente, un nuevo paradigma, un cambio de dirección” de la política global antidrogas.

“Tenemos que dejar atrás el discurso drogo-céntrico –señaló– porque la guerra contra las drogas ha sido una guerra contra las personas; las bajas han sido humanos, no sustancias inertes. Y tenemos que poner en el centro a las personas, los derechos humanos, las causas estructurales del problema de las drogas: la desigualdad, la impunidad, la pobreza.”

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