Cristiano Ronaldo se va del Mundial sin gloria y bañado en lágrimas.



EFE.

Cristiano Ronaldo volvió a ser suplente con Portugal, la confirmación de que dejó de ser intocable, y aunque entró al partido ante Marruecos en el minuto 50, él y su equipo fueron eliminados del Mundial, la única estrella que le faltará a su magnífico currículum, del que se despidió bañado en lágrimas.

Cristiano, el único futbolista capaz de marcar un gol en cinco Mundiales no será campeón del Mundo.

Tampoco alcanzará la mejor marca de su selección, el tercer puesto de Inglaterra 1966, ni a Eusebio como el máximo goleador de la historia de Portugal en la Copa del Mundo, con nueve tantos, uno más de los que logró Cristiano Ronaldo, que termina su aventura en el torneo de los torneos con la frustración de un adiós inesperado en Cuartos, con el camino solitario hacia el vestuario. Desolado. Eliminado.

SUPLENTE, OTRA VEZ
Inició una vez más en la banca, donde medio centenar de fotógrafos tomaban la imagen de su suplencia. Desde ahí observó el primer tiempo, las dificultades de su selección y el gol histórico en el minuto 42, cuando Youseff En Nesyri ganó el balón a aéreo a Ruben Dias y Diogo Costa. La TV captó su gesto de desaprobación.

Desde el inicio del segundo tiempo calentó Cristiano, junto a sus compañeros, en la banda y entró cinco minutos después de iniciar su calentamiento, cuando Marruecos amenazaba con el 2-0.

Pepe le entregó el brazalete de capitán, justo a su entrada al campo por Ruben Neves, y Cristiano conectó con el balón, lo condujo, dribló y lo puso en el área. No hubo rematador. Él y Gonçalo Ramos, su sustituto en el once en los dos últimos choques, juntos en el ataque. También Joao Félix. Dos generaciones separadas por una década y media.

EL ADIÓS
Cristiano reclamaba un balón rápido al recogepelotas, el cronómetro iba en contra, el marcador también. Objeto de una falta después, no paró de pedir la pelota, de ejercer como capitán, como líder, de ordenar a sus compañeros. No alcanzó a un centro de Bruno Fernandes. Dejó un balón con el pecho para el remate de algún colega. No llegó nadie. No hubo manera para su equipo ni para él de revertir el adiós frente a Marruecos. Ni siquiera cuando otra dejada atrás habilitó el tiro de Joao Félix… Y la magnífica parada de Bono, que atrapó también la última ocasión de Cristiano, ya en el tiempo añadido, en el suelo después cuando Pepe falló un cabezazo que parecía el 1-1.

A sus 37 años, en su quinto Mundial, con el mérito de ser el único que ha anotado en cinco Copas del Mundo, Cristiano sufre el cambio generacional en la selección, como también lo ha vivido en el Manchester United con Erik Ten Haag… O en las ofertas para un nuevo destino.

El tiempo pasa para todos, también para Cristiano Ronaldo, un futbolista único en Portugal, “un ejemplo”, según sus compañeros en las últimas comparecencias públicas, el mejor y máximo goleador de su selección a lo largo de la historia, con 118 goles en 195 partidos, suplente dos partidos seguidos por primera vez con su equipo nacional desde 2004, cuando tenía 18 años y encadenó siete duelos como suplente, recién estrenado como internacional.

El Mundial terminó para Cristiano Ronaldo con toda la amargura y solo refrescada por las lágrimas de coraje que dejó salir cuando abandonó a su equipo que se despedía en la cancha y él entró solo al vestuario.

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