Reuters.
Autoridades de la Reserva Federal se desmarcaron el lunes de la creciente volatilidad en los mercados globales, desde la caída de las acciones estadounidenses a la turbulencia monetaria en el extranjero, y dijeron que su prioridad seguía siendo controlar la inflación interna.
Al ser consultado en un evento del Washington Post si creía que los inversores estadounidenses habían tenido una visión demasiado optimista de la política monetaria de la Fed hasta que comenzó una reciente fuerte liquidación, el presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, aseguró que eso no venía al caso.
“No sé si son demasiado optimistas o no son lo suficientemente optimistas… Lo más importante es que necesitamos controlar la inflación”, dijo Bostic. “Hasta que eso suceda, creo que veremos mucha volatilidad en los mercados en todas las direcciones”.
Eso también se aplica a la reciente agitación en el Reino Unido. Los recortes de impuestos propuestos por el gobierno de la nueva primera ministra británica Liz Truss, con su potencial para avivar aún más la inflación, plantearon la posibilidad de que la política fiscal del país entre en conflicto con los esfuerzos del Banco de Inglaterra para controlar los aumentos de precios con tasas de interés más altas.
Las señales mixtas han hecho que la libra caiga en picada, agregando otra dosis de volatilidad a los mercados financieros mundiales que ya están lidiando con las alzas de las tasas de interés de la Fed, que se mueven más rápido y más alto de lo previsto.
“La reacción al plan propuesto es una preocupación real”, lo que muestra una mayor incertidumbre sobre las perspectivas económicas del Reino Unido, dijo Bostic. “La pregunta clave será qué significa esto para, en última instancia, debilitar la economía europea, que es una consideración importante para el desempeño de la economía estadounidense”.
En declaraciones separadas a la Cámara de Comercio del Gran Boston, la presidenta de la Fed de Boston, Susan Collins, se hizo eco del consenso de la Fed de que la lucha para enfriar el actual episodio de inflación era primordial.
“Por el momento, la inflación sigue siendo demasiado alta”, dijo Collins en sus primeros comentarios de política monetaria desde que se convirtió en jefa del banco regional.
Si bien afirmó que sentía que el ritmo de los aumentos de precios puede estar en o cerca de su punto máximo, “devolver la inflación al objetivo requerirá un mayor endurecimiento” de las condiciones crediticias, en las que la Fed influye a través de aumentos en su tasa objetivo de fondos federales.
La Fed mantiene un objetivo de inflación del 2%, medido por el índice de precios de gastos de consumo personal. Hasta julio ese índice aumentaba a una tasa anual superior al 6%. Los datos de agosto se publicarán el viernes.
El banco central estadounidense aprobó la semana pasada una tercera subida de tasas consecutiva de tres cuartos de punto porcentual. Ahora ha aumentado su tasa de política monetaria un total de tres puntos porcentuales este año, marcando uno de sus esfuerzos más rápidos para aumentar los costos de endeudamiento y desacelerar la economía.
En las últimas semanas, los funcionarios de la Fed, en sus comentarios y en sus acciones en las reuniones sobre política monetaria, han insistido en que impulsarán las tasas tanto como sea necesario para enfriar la inflación, incluso a costa de un aumento del desempleo y una posible recesión.
Algunos sectores de la economía ya han sentido el impacto, con tasas de préstamos hipotecarios que se duplicaron a más del 6%.
En las últimas semanas, los mercados bursátiles han reflejado una revalorización más amplia frente a la posibilidad de que las tasas de interés de Estados Unidos regresen a niveles no vistos en una década y permanezcan allí.
El S&P 500 ha bajado un 12% dentro del mes en que el presidente de la Fed, Jerome Powell, entregó un mensaje agresivo en un simposio del banco central en Wyoming sobre el “dolor” económico necesario para frenar los aumentos de precios más rápidos desde la década de 1980.
Los representantes de la Fed han sido acusados a menudo de mimar a los mercados financieros, pero han dado pocos indicios de que la liquidación actual los haga reconsiderar sus planes de política monetaria mientras los precios y los salarios sigan aumentando y el mercado laboral se mantenga fuerte.
“La economía estadounidense funciona mejor cuando hay confianza sobre… su trayectoria a corto y mediano plazo”, dijo Bostic. “La alta inflación socava eso”.
(Reporte de Howard Schneider, Editado en Español por Manuel Farías)
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