Rusia advierte que hará uso de su arsenal nuclear para proteger su territorio previo a la votación con la que intentará anexarse zonas de Ucrania.



AP.

En una cruda advertencia, el presidente Vladimir Putin declaró que no dudará en usar armas nucleares para proteger el territorio ruso, una amenaza que se produce en momentos en que Moscú se dispone a anexarse territorios de Ucrania capturados por las fuerzas rusas luego de convocar apresuradamente a referendos en esos lugares.

Aunque no es la primera vez que Occidente escucha tales amenazas de su parte, en esta ocasión las circunstancias son muy distintas.

El Kremlin ha orquestado referendos en las zonas ocupadas de Ucrania que comenzarán a realizarse desde el viernes. A los habitantes se les preguntará si quieren convertirse en parte de Rusia, una votación que es casi un hecho que favorecerá a Moscú. Eso significa que Rusia podría sumarse esos territorios a partir de la próxima semana.

Posteriormente, Putin anunció una movilización parcial de reservistas y prometió usar “todos los medios disponibles” para disuadir ataques futuros contra Rusia, una referencia al arsenal nuclear.

Algunos expertos consideran que las acciones de Putin de anexar territorio ucraniano junto con la movilización y las renovadas amenazas nucleares son un último intento de obligar a Ucrania y sus aliados de Occidente a aceptar el statu quo luego de que Ucrania lanzó con éxito una contraofensiva este mes.

Tatiana Stanovaya, una experta política independiente que sigue de cerca el proceso de decisiones del Kremlin, catalogó las apresuradas medidas de Putin sobre los referendos como un pretexto para aumentar la presión.

“Este es un ultimátum contundente de Rusia para Ucrania y Occidente: Ucrania debe retroceder o habrá una guerra nuclear”, dijo Stanovaya. “Para Putin, la anexión legitimaría su derecho a recurrir a las amenazas nucleares para proteger territorio ruso”.

En un discurso a la nación el miércoles, Putin dijo que el arsenal nuclear de Moscú es más moderno que el de la OTAN, y declaró su disposición a usarlo.

“Esto no es una fanfarronada”, añadió el mandatario en una aparente referencia a aquellos en Occidente que describieron sus amenazas nucleares anteriores como un tempestuoso intento de debilitar el apoyo internacional a Ucrania.

La doctrina militar rusa concibe el uso de armas atómicas en respuesta a un ataque nuclear o a una agresión con armas convencionales que “ponga en riesgo la existencia misma del Estado”, una redacción ambigua que deja mucho a la interpretación.

En su breve discurso, Putin acusó a Estados Unidos y sus aliados de proporcionar armas y entrenamiento a las fuerzas armadas ucranianas y de alentar a Kyiv a atacar territorio ruso. Pareció reducir todavía más el umbral para el uso de armas nucleares.

“En el caso de una amenaza a la integridad territorial de nuestro país, y para defender a Rusia y a nuestro pueblo, sin lugar a dudas usaremos todos los medios a nuestra disposición”, advirtió.

En su discurso del 24 de febrero en el que anunció la invasión, Putin ya había blandido la espada nuclear, amenazando con “consecuencias jamás antes vistas” a cualquier país extranjero que intentara interferir.

La más reciente amenaza subrayó la obstinada determinación del mandatario ruso por preservar los avances de Rusia, incluso arriesgándose a una escalada nuclear.

Las declaraciones previas de Putin sobre un conflicto nuclear se han pronunciado con una indiferencia aterradora.

Al hablar sobre la estrategia rusa durante una reunión internacional de expertos en política exterior de 2018, Putin reconoció que un intercambio nuclear “obviamente significaría una catástrofe global”, pero prometió que Rusia no sería el primero en atacar.

Y luego añadió con una pequeña sonrisa: “Seríamos las víctimas de una agresión e iríamos al cielo como mártires, y ellos apenas podrán graznar y ni siquiera tendrían tiempo de arrepentirse”.

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