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No dan abasto. No hay suficiente ropa, comida o tarjetas de metro. No tienen los abogados necesarios para llevar sus casos ni las personas para ayudarlos con empleo o entrenamiento para trabajar en la construcción.
Semanas después de que empezaran a llegar miles de inmigrantes a Nueva York en autobuses enviados por los estados de Texas y Arizona, grupos locales de ayuda dijeron el viernes que su capacidad para ayudar a los recién llegados está al límite y que necesitan asistencia del gobierno del presidente Joe Biden y del estado y la ciudad de Nueva York.
Los abogados “no pueden hacer esto más sin más apoyo por parte de nuestros funcionarios elegidos”, dijo Camille Mackler, directora ejecutiva de Immigrant Advocates Response Collaborative, un grupo sin ánimo de lucro de abogados de inmigración, durante una rueda de prensa frente a la alcaldía de Nueva York.
En los últimos meses casi 8.000 migrantes han llegado a Washington y Nueva York en los viajes en autobús patrocinados por los estados del sur -además de los migrantes que llegan por sus propios medios- agotando así los recursos y los servicios humanitarios de ambas ciudades del norte. Muchos de los recién llegados son venezolanos.
El gobernador Greg Abbott de Texas -que favorece las leyes que limitan la llegada de inmigrantes- empezó a enviar los autobuses a Washington en abril alegando que los estados demócratas del norte podían cuidar de los recién llegados. El gobernador Doug Ducey de Arizona hizo lo mismo en mayo. Abbott empezó recientemente a enviar autobuses directamente a Nueva York.
Los viajes son ahora un punto de tensión entre los gobernadores republicanos y los alcaldes demócratas Eric Adams, de Nueva York, y Muriel Bowser, de Washington, dos ciudades más favorables para los inmigrantes.
Emily Prado, del grupo de ayuda a migrantes La Colmena, dijo que en las últimas dos semanas ha visto a unos 100 inmigrantes pedir ayuda a la organización, cuando lo normal sería recibir a unos 50.
“Estamos muy al límite”, dijo en la rueda de prensa. Prado explicó que las listas de espera de La Colmena para recibir entrenamiento gratuito para trabajos de construcción son ahora larguísimas.
Los grupos de ayuda pidieron al menos 10 millones de dólares al estado y otros 10 millones a la ciudad para que se pueda ofrecer alojamiento y abogados de inmigración a los recién llegados. También reclamaron más coordinación e involucramiento en este tema por parte del gobierno federal.
Varios de los activistas dijeron que Nueva York es una ciudad que da la bienvenida a los inmigrantes y que es responsabilidad de las autoridades neoyorquinas y de los grupos de ayuda apoyar a los recién llegados.
La llegada de tantos extranjeros encontró desprevenida a Nueva York, que vio cómo sus refugios para indigentes se llenaban rápidamente y grupos de ayuda trabajaban sin descanso para asistir a los inmigrantes. La ciudad ha enviado personal a la estación principal de autobuses, Port Authority, para recibir a los autobuses que llegan cargados de migrantes.
Un formulario de consentimiento voluntario para el transporte gratuito desde Texas les dice a los migrantes que Washington es donde están el presidente y los miembros del Congreso y que éstos “pueden ayudar de manera más inmediata a abordar las necesidades de los migrantes que han ingresado al país”.
A los migrantes que firman un formulario de consentimiento para un viaje gratuito a Nueva York se les dice que la ciudad se ha designado a sí misma como un “santuario” para los migrantes, a quienes se les proporciona comida y refugio.
En los últimos dos meses la procesión de venezolanos que buscan refugio en Estados Unidos ha crecido dramáticamente. En julio los agentes de la Patrulla Fronteriza detuvieron a venezolanos 17.603 veces, un 34% más que en junio y casi el triple que en julio de 2021.
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