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Las compañías farmacéuticas Pfizer y BioNTech anunciaron este martes que han iniciado un ensayo clínico para probar una vacuna contra el COVID-19 modificada para proteger contra la variante ómicron.
Los fabricantes de medicamentos pretenden inscribir hasta 1,420 adultos sanos de entre 18 y 55 años en el ensayo, que evaluará si la vacuna específica contra el ómicron es segura y genera una fuerte respuesta inmunitaria.
Los participantes se dividirán en tres grupos — totalmente vacunados, totalmente vacunados y reforzados, y no vacunados — que determinarán si reciben una, dos o tres dosis de la vacuna modificada.
Las empresas también dijeron que esperan lanzar un estudio similar en los Estados Unidos para probar la vacuna en personas mayores de 55 años.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) publicaron el viernes una nueva investigación en la que se concluía que una dosis de refuerzo de las vacunas actuales proporciona una sólida protección contra la enfermedad grave de la variante que se extiende rápidamente, y que representa prácticamente todos los nuevos casos en Estados Unidos.
Los estudios de los CDC también sugirieron que los refuerzos existentes ofrecían una “protección significativa” tanto contra la infección como contra la enfermedad sintomática, aunque la protección era mayor durante la oleada delta en comparación con la oleada de ómicron.
Aunque las vacunas existentes pueden proteger a las personas contra algunos de los peores síntomas de COVID-19, los fabricantes de medicamentos señalaron que seguirán desarrollando vacunas específicas para cada variante en caso de que sean necesarias.
John Moore, profesor de microbiología e inmunología en el Weill Cornell Medical College, dijo que las vacunas modificadas podrían ser importantes en el “peor de los casos”, en el que la variante mutara hasta ser tan letal como la variante delta.
“Ese escenario no es imposible. Si ocurre, la nueva variante mataría a muchas personas vacunadas y cambiaría la cara de la pandemia para peor”, afirmó.
En otras palabras, el nuevo ensayo podría verse como “una póliza de seguro”, afirmó.
Moore añadió que para cuando los resultados del ensayo estén listos, los funcionarios de salud pública y los expertos externos deberían saber más sobre la trayectoria de la pandemia.
¿Seguirá siendo la variante dominante o se convertirá en un factor menor de la pandemia? ¿Surgirá otra variante más relacionada con las que aparecieron el año pasado?
“Puede que no conozcamos esa respuesta pronto, pero al final es relevante para saber si una vacuna basada en el ómicron será útil”, apuntó.
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