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El presidente estadounidense Joe Biden dio inicio el jueves a una reunión con sus homónimos de México y Canadá, celebrando el regreso de estos encuentros que se suspendieron durante el gobierno de Donald Trump. Pero aún existen muchas diferencias que resolver en materia comercial y migratoria, entre otras.
Biden se reunió primeramente con el primer ministro canadiense Justin Trudeau, y dijo que la relación entre ambas naciones ha sido una de las más sencillas durante los primeros meses de su gobierno.
Pero el mandatario estadounidense también confirmó que debían discutir diferencias sobre una propuesta de incentivos fiscales a los vehículos eléctricos incluida en su enorme iniciativa de servicios sociales y cambio climático, y que ha desatado preocupaciones en Ottawa.
“Hablaremos al respecto”, dijo Biden. “Ni siquiera ha sido aprobada en la Cámara de Representantes”.
Biden sostuvo posteriormente un encuentro con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y más tarde se realizaría una reunión entre los tres mandatarios. Trudeau y López Obrador también sostuvieron encuentros por separado con la vicepresidenta Kamala Harris.
Trump tuvo una relación distante con el predecesor de López Obrador: Enrique Peña Nieto, a quien presionó para que nunca declarara públicamente que México no pagaría por el muro en la frontera entre ambas naciones.
El presidente Joe Biden camina con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y el primer ministro canadiense Justin Trudeau a una reunión en el Salón Este de la Casa Blanca en Washington, el jueves 18 de noviembre de 2021 (Susan Walsh/AP)
Pero López Obrador pareció lograr un entendimiento con Trump en ese sentido: México frenaba el flujo de migrantes centroamericanos que intentaban llegar a la frontera sur de Estados Unidos y Trump se hacía de la vista gorda en prácticamente todos los demás aspectos de la complicada relación entre ambas naciones.
López Obrador se expresó con calidez sobre Biden al aparecer ante las cámaras para el comienzo de su reunión del jueves. Ambos presidentes discutieron las relaciones de México con Estados Unidos durante los gobiernos de Abraham Lincoln y Franklin D. Roosevelt, frente a los retratos de ambos que Biden tiene colgados en la Oficina Oval.
El mandatario mexicano dejó claro que Biden trata a su gobierno con respeto, algo que, resaltó, no siempre ha sido el caso en la larga relación entre los dos países.
“Él quiere que el trato sea respetuoso y entre iguales, me lo manifestó desde la primera vez que conversamos por teléfono, ya como presidente de Estados Unidos. Me dijo que no nos iban a ver como patio trasero, cosa que agradecemos, porque de esa manera no necesitamos estar reafirmando nuestros principios de independencia y soberanía”, dijo López Obrador sobre Biden.
La tradicional cumbre trilateral comenzó cuando George W. Bush recibió al presidente mexicano Vicente Fox y al premier canadiense Paul Martin en su rancho de Waco, Texas, en 2005.
Biden ya había sostenido encuentros virtuales con Trudeau, en febrero, y con López Obrador, en marzo.
Aunque han reanudado la tradicional cumbre de líderes de Norteamérica, los tres aliados también enfrentan profundas diferencias en temas como migración y cambio climático.
“No hay mucho en común entre ellos, al menos en sus visiones sobre lo que quieren para sus países”, declaró Kenneth Frankel, presidente del Canadian Council for the Americas. “No sólo lo que quieren para sus países, sino lo que pueden hacer por sus países”.
Las reuniones del jueves en la Casa Blanca significan el primer encuentro trilateral entre los líderes de Norteamérica desde que Trudeau, Barack Obama y Peña Nieto se reunieron en Ottawa en junio de 2016. Estas cumbres se suspendieron durante el gobierno de Trump, quien tuvo relaciones conflictivas con Trudeau y Peña Nieto durante su mandato.
Biden ha progresado en su intento de reparar las relaciones de Estados Unidos con sus vecinos tras el turbulento gobierno de Trump. Pero aún persisten tensiones significativas, y han surgido algunas nuevas.
Las prioridades de México de cara a la reunión eran obtener avances concretos en materia migratoria y un acceso más equitativo a las vacunas contra el COVID-19.
En tanto, Estados Unidos y Canadá han expresado su frustración con el hecho de que López Obrador no se ha sumado a los esfuerzos globales para frenar las emisiones causantes del cambio climático. El presidente mexicano no acudió a la cumbre climática de Naciones Unidas, celebrada este mes en Glasgow.
El gobierno de López Obrador quiere que se ratifiquen fondos que Estados Unidos prometió para el desarrolló de los países del Triángulo Norte de Centroamérica. El mandatario mexicano sigue presionando a Estados Unidos para que financie la expansión de su programa de plantación de árboles hacia Centroamérica.
México ha trabajado con Estados Unidos — tanto durante el gobierno de Trump como en el de Biden — para controlar los flujos de migrantes y brindar asistencia para devolver a los migrantes a Centroamérica. Ambas naciones aún negocian la manera de cumplir con la orden de un tribunal de reimplementar una medida de la era Trump conocida como “Permanecer en México”, la cual obliga a los solicitantes de asilo a esperar del lado mexicano de la frontera a que se procese su petición de asilo en Estados Unidos. La secretaria de Prensa de la Casa Blanca Jen Psaki señaló que no se tiene previsto que dicha política esté entre los principales temas de negociación durante el encuentro del jueves.
López Obrador también ha mencionado en varias ocasiones su interés en que el gobierno estadounidense expanda su programa de visas temporales de trabajo para que más mexicanos y centroamericanos puedan cubrir la demanda de mano de obra en Estados Unidos. A cambio, los trabajadores temporales podrían tener mayor acceso a los sueldos de Estados Unidos sin tener que sumarse al flujo de migrantes ilegales.
El secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, dijo que López Obrador se enfocaría en tres temas: la pandemia, la integración económica y la inmigración. En materia migratoria, el canciller indicó que su país intentaría sumar apoyo para dos de los principales programas sociales de López Obrador — plantación de árboles y oportunidades laborales para los jóvenes — a fin de reducir los factores que están detrás de la migración.
El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, expresó recientemente sus “preocupaciones serias” sobre los intentos del gobierno mexicano de limitar la competencia en el sector de la energía eléctrica.
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