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Este jueves, la jueza federal Cynthia Bashant declaró inconstitucional la práctica de obligar a los solicitantes de asilo en Estados Unidos a esperar una respuesta para sus casos en México. Esto se da en medio de la polémica desatada por el regreso de Quédate en México.
La resolución de la jueza Bashant no tendrá un impacto inmediato en la reactivación del programa. No obstante, podría impedir que el gobierno estadounidense niegue la entrada a solicitantes de asilo argumentando que carece de recursos para recibirlos. Con ello, miles de personas que están en lista de espera en la frontera con México podrían verse beneficiadas.
Cynthia Bashant emitió este veredicto en una demanda realizada por el grupo activista Los Ángeles al Otro Lado hace cerca de 4 años. Tras analizar el caso, Bashant determinó que hacer esperar a los solicitantes de asilo viola los derechos constitucionales de los migrantes.
Además, dijo, también viola una ley federal que establece que los funcionarios deben procesar a cualquier persona que llegue a USA buscando asilo.
Por otro lado, la jueza agregó que las listas de espera donde se anotan las personas no están monitoreadas por el gobierno. Esto permite que haya fraude y corrupción, los cuales frenan aun más la esperanza de los migrantes de conseguir protección.
Tras su decisión, la jueza ordenó al Departamento de Justicia declarar cuáles serán sus próximos pasos antes del 1 de octubre.
¿Cómo empezó la política de impedir el paso a quienes buscan asilo?
El metering (la práctica de hacer esperar a los solicitantes de asilo en la frontera entre México y Estados Unidos) empezó en 2016. En ese entonces, durante el gobierno de Barack Obama, cientos de haitianos en busca de refugio llegaron a solicitar asilo en la frontera entre San Diego y Tijuana.
Debido a esto, el metering se implementó sólo en esa parte de la frontera. No obstante, en 2018, Donald Trump amplió la política a toda la franja fronteriza con sus Protocolos de Protección al Migrante (MPP, mejor conocidos como Quédate en México).
Esto generó enormes listas de espera para quienes buscaban refugio en USA. Además, dejó a los migrantes en situaciones de vulnerabilidad generadas, en parte, por la violencia que se experimenta al norte de México.
La situación empeoró cuando Trump activó el Título 42 en marzo de 2020 debido a la pandemia. Gracias a esto su gobierno dejó de aceptar solicitudes de asilo y empezó a deportar de manera inmediata a quienes querían cruzar la frontera.
Joe Biden no ha desactivado este título, por lo que las deportaciones continúan. Sin embargo, ha permitido que algunas personas puedan entrar a pedir asilo. Esto, únicamente si su vida está en evidente peligro.
No obstante, hay testimonios de migrantes que dicen que ni siquiera se les están haciendo las entrevistas para conocer su situación. Mientras tanto, de acuerdo con el Centro Robert Strauss de Seguridad Internacional y Derecho de la Universidad de Texas en Austin, hay más de 18 mil 600 personas en espera de entrar a USA desde México para pedir asilo.
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