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La Agencia de Educación de Texas anunció este jueves que dejará de implementar la orden del gobernador, Greg Abbott, que impedía a las escuelas imponer un mandato para el uso obligatorio de mascarillas. Tomó esta decisión después de que la Corte Suprema estatal emitiera un fallo en ese sentido a favor del distrito escolar que desafió judicialmente la decisión del político republicano. Ambas decisiones son temporales.
En una carta de orientación de salud pública, la Agencia de Educación de Texas (TEA, por sus siglas en inglés) dijo que abandona inmediatamente la aplicación de la ley debido a los continuos desafíos judiciales a la prohibición. La carta decía que la nueva guía entrará en vigencia de inmediato y se emitirán más guías una vez que se resuelvan los litigios.
Abbott impuso, en una orden de emergencia emitida el mes pasado, la prohibición de que ninguna entidad gubernamental obligue a usar tapabocas, a pesar de que las agencias sanitarias federales recomiendan esa medida de prevención contra el COVID-19 en el interior de sus edificios.
El gobernador, y el fiscal general de Texas, Ken Paxton, advirtieron que demandarán a cualquier entidad que no cumpla la orden de emergencia. Por ahora no se ha presentado ninguna denuncia.
La Corte Suprema de Texas había ratificado la prohibición de Abbott en una decisión anterior, pero eso no impidió que decenas de entidades impusieran la obligatoriedad de las mascarillas en desafío abierto al gobernador.
El nuevo fallo de la Corte Suprema se produjo después de que un juez de Austin dirimiera varios casos relacionados con el tema. Varios distritos escolares del sur de Texas, junto con el condado más poblado del estado, obtuvieron victorias legales temporales en su intento por anular la prohibición del gobernador de imponer mascarillas, que argumentaron está empeorando la pandemia del COVID-19.
La carta de la TEA recomienda a las escuelas públicas que consulten a los funcionarios locales de salud pública y a los asesores legales antes de tomar decisiones definitivas. También exige a los distritos que notifiquen a sus profesores, miembros del personal y familias si alguien da positivo al COVID-19 en una clase o actividad extraescolar.
Las directrices de la TEA se publicaron a raíz de las múltiples impugnaciones judiciales presentadas por padres, defensores de los niños discapacitados y Gobiernos y juntas escolares locales. Siete condados y 48 distritos escolares han aplicado los mandatos de mascarilla, a pesar de la prohibición de Abbott.
Un juez de distrito del estado también ha concedido órdenes de restricción al condado de Harris y a varios distritos escolares del sur de Texas, que permiten a esas entidades imponer el uso de cubrebocas. Otro juez de distrito estatal emitió una orden el jueves que permite al condado de Fort Bend, que colinda con el condado de Harris, a ordenar que todo el mundo se cubra la boca en el interior de edificios del condado.
Hasta el 8 de agosto, la fecha más reciente de que se tienen datos del Departamento de Servicios de Salud del Estado de Texas, 829 estudiantes y 872 miembros del personal habían dado positivo por COVID-19. El lunes, el distrito escolar independiente de Iraan-Sheffield, en el oeste, cerró sus escuelas por dos semanas para que sus estudiantes y personal educativo se pusieran en cuarentena.
El número de casos de COVID-19 sigue aumentando en Texas, principalmente debido a la variante delta, altamente contagiosa.
La media diaria de la última semana fue de 16,000 el martes, en comparación con los 1,495 del 30 de junio, según datos de la Universidad Johns Hopkins. Las hospitalizaciones por el virus en Texas han alcanzado niveles que no se veían desde finales de enero, con un total de 12,705 el miércoles, informaron las autoridades sanitarias estatales.
A medida que las camas se han ido ocupando, especialmente las de las unidades de cuidados intensivos, Abbott ordenó al Departamento de Servicios de Salud que utilizara agencias de personal para importar trabajadores sanitarios de otros estados.
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