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El Congreso de Texas aprobó este jueves un proyecto de ley que prohibiría los abortos a partir de las seis semanas, cuando muchas mujeres aún no saben que están embarazadas, y permitiría a los ciudadanos hacer cumplir la normativa por medio de demandas civiles contra médicos y otras personas.
La votación en el Senado envió la iniciativa al gobernador Gregg Abbott, quien se espera que la firme. Eso pondría a Texas junto con una docena de estados liderados por republicanos que han aprobado los llamados “proyectos del latido del corazón”.
El proyecto de ley prohibiría los abortos después de la primera detección de un “latido del corazón” embrionario. La tecnología avanzada puede lograrlo a las seis semanas de embarazo, aunque el embrión aún no sea un feto y no tenga corazón. Un embrión se denomina feto a partir de la undécima semana de embarazo, de acuerdo con expertos médicos.
Una disposición exclusiva del proyecto de ley de Texas prohibiría a los funcionarios estatales hacer cumplir la regla. En cambio, permitiría a cualquier persona, incluso a alguien fuera de Texas, demandar a un médico o cualquier otra persona que haya ayudado a alguien a abortar después del límite de tiempo, y buscar daños económicos de hasta 10 mil dólares por acusado.
Los críticos dicen que la disposición llevaría a los opositores al aborto a inundar los tribunales con demandas para acosar a médicos, pacientes, enfermeras, consejeros de violencia doméstica, un amigo que llevó a una mujer a una clínica o incluso un familiar que pagó por el procedimiento.
También argumentan que violaría los requisitos constitucionales estatales de que las demandas civiles sólo pueden ser presentadas por las partes afectadas. De promulgarse esta medida, una persona no necesitaría ninguna conexión personal con el aborto en cuestión para presentar una demanda.
“Texas se ha sumado a la nueva ola de prohibiciones extremas al aborto aprobadas este año en Estados Unidos”, dijo Nancy Northup, presidenta y directora ejecutiva del Centro de Derechos Reproductivos.
“Este proyecto de ley básicamente abre las puertas para permitir que cualquiera que sea hostil al aborto demande a médicos y clínicas, consumiendo sus recursos y obligándolos a cerrar. Buscaremos todas las opciones legales para evitar que esta ley entre en vigor”, continuó.
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