Javier Sobrevilla.
McAllen, Tx.
Un tribunal rechazó la solicitud de apelación de sentencia de Javier Sobrevilla, de 61 años de edad, acusado de matar a su esposa; el sujeto alega que al dictar sentencia el juez no tomó en cuenta que matar a su mujer fue resultado de un arranque emocional porque ella acababa de burlase de sus genitales.
El 13avo Tribunal de Apelaciones denegó la apelación de Sobrevilla, reafirmando la condena por homicidio en primer grado del hombre y su sentencia de 30 años.
Javier se declaró culpable el 30 de abril de 2018 y admitió haber disparado y asesinado a su ex esposa, María Sobrevilla, el 21 de noviembre de 2016.
En su apelación, argumentó que el juez de distrito 430 del estado, Israel Ramon Jr., se equivocó cuando rechazó la defensa de última hora por un arranque repentino de Javier. La defensa de Ramón señala que si el juez hubiera aceptado el argumento, el sujeto no habría sido declarado culpable de homicidio en segundo grado, lo que a su vez habría afectado la duración de su condena en prisión.
Las autoridades arrestaron a Javier, quien huyó a Reynosa después del tiroteo, el 26 de noviembre de 2016.
Cuando los investigadores de homicidios de la Oficina del Sheriff del Condado de Hidalgo entrevistaron al hombre, inicialmente afirmó no tener conocimiento de la muerte de María.
“Sobrevilla afirmó que supo de su muerte después de una llamada telefónica de su hermano”, dice el fallo de la corte de apelaciones.
Sin embargo, el hombre cambió su historia y brindó una segunda declaración a las autoridades, diciéndoles a los investigadores de homicidios que la mañana del asesinato de su esposa, él había escuchado a la mujer hablar con su amante por teléfono.
“Me enojé y quería matarlo. Me vestí y tomé mi arma calibre .40 Smith and Wesson, que estaba registrada a nombre de mi esposa y la cargué”, citando la declaración de Javier a las autoridades.
El hombre dijo a los investigadores que en lugar de su viaje planeado a Reynosa ese día, condujo hasta la casa de su esposa, que estaba cerca de Monte Cristo y Closner. Descubrió dónde se estaba quedando cuando vio su vehículo tres semanas antes del tiroteo y la siguió a su casa.
El fallo detalla cómo María salió de la casa para hablar con Javier, quien luego le preguntó dónde estaba su novio, momento en el que María le dijo que el hombre se había ido ya.
“Entonces María me preguntó si la iba a matar. Agarré el arma y le apunté para tratar de asustarla y le pregunté dos veces si estaba asustada. María intentó agarrar el arma y el arma disparó dos veces”, dijo Javier durante una entrevista con los investigadores del Departamento del Sheriff del Condado Hidalgo.
El hombre dijo a las autoridades que se fue a su casa después del tiroteo, escondió el arma, cerró su casa y cruzó a Reynosa. El 23 de noviembre de 2016, se enteró de que la policía registró su casa y encontró el arma.
Justo antes de la sentencia, Javier ofreció una nueva explicación de por qué le disparó a María.
Según Sobrevilla, cuando María se acercó a su vehículo el día de su muerte, la mujer comenzó a insultarlo e hizo señas con sus dedos, que él entendió que tenían que ver con el tamaño de su pene y se sintió humillado y que todo esto lo enfureció tanto que su visión se volvió borrosa y agarró su arma y mientras le gritaba que se callara, le disparó en varias ocasiones.
Javier será elegible para la libertad condicional en 2031, cuando tenga 72 años.
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