LA PAZ, BCS.- Hace 15 años Juanito tenía el sueño de ser profesor de secundaria. Estudiaba en la Escuela Normal Superior del estado, cuando su cuerpo ya no le respondió. Hoy depende totalmente de su madre, una mujer que lucha por darle una vida digna y quien siente que un enemigo más se interpuso en su camino: el Covid-19.
María Antonia Estrada Romero luce cansada y desesperada. Enfrenta una nueva hospitalización de Juan Antonio Núñez Estrada, su hijo de 34 años que padece esclerosis y paraplejia.
Hace unas tres semanas reingresó por un episodio de broncoaspiración al Hospital General del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en La Paz. Ella durmió tres noches frente al área de Urgencias, sobre la banqueta, se llevó un viejo colchón y una manta. Ahí permaneció en espera de noticias.
Juanito ingresa al menos dos veces por año al hospital por problemas respiratorios. Esta vez se complicó a neumonía. Les aseguraron que no era Covid-19, pero tres días pasaron para que le asignaran un cuarto y para que su madre pudiera verlo.
La mujer platica que todo el tiempo lucha contra las escaras que aparecen en el cuerpo de Juanito por la falta de movilidad y que los primeros días en el hospital se agudizaron. “Ya casi iban sanando, pero por falta de atención recayó y tuvo una fuerte infección que puso en peligro su vida.
“No se las cuidaron. Cuando por fin lo vi, lo encontramos descuidado, tenía heces en las heridas. No lo limpiaron y eso le provocó infecciones”, narra.
A Toñita la acompaña Hugo Iván González, un músico que realiza conciertos con causa y así conoció el caso de Juan Antonio. En estos días ha echado a andar una campaña de recaudación de fondos para apoyarlo. De hecho, el caso de Juanito avanza por el apoyo y la presión en redes sociales para una mejor atención.
Hace unos días les dijeron que ya no podían tenerlo hospitalizado, que la opción era que estuviera en su casa, pero no había un buen pronóstico. Sintieron más bien que no querían “más problemas”, así lo expresaron. Usuarios en redes reaccionaron. Pidieron mejorar la atención.
Hugo Iván refirió que el caso de Toñita y Juanito lo conmovió desde hace unos años, y ante tantas necesidades pidió apoyo. “Prácticamente el joven ha vivido acampado en la sala de su casa, en una cama que no le ayuda”.
Por ahora, tanto Toñita como Hugo Iván platican que la atención a Juanito mejoró. Ya ha logrado tomar alimentos blandos, aunque la posibilidad de una recaída es inminente.
María Antonia ya pudo quedarse a cuidarlo las 24 horas del día en el cuarto del hospital y está en espera de que instalen un tanque de oxígeno en su casa para llevárselo, ya con cierta mejoría.
Y mientras siguen las noticias de contagios en la entidad, Toñita y su hijo luchan con su propia enfermedad y carencias. Por ello siguen solicitando donaciones para acondicionar su casa y evitar el máximo riesgo para Juanito, quien quería ser maestro.
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