Vivo desde hace diez años en mi calle, en una pequeña localidad en las afueras de Londres llamada Berkhamsted. Muy a la inglesa, no sabía casi nada de mis vecinos. Cada uno se dedicaba a sus cosas.
Mi calle tiene 322 metros (1.056 pies) de largo y un siglo de vida, con frentes de ladrillo victorianos, todos en un estilo arquitectónico muy parecido. Cada casa, sin embargo, tiene una historia única.
A medida que el coronavirus cobraba fuerza y la gente cerraba sus puertas, algunos vecinos crearon un grupo de Whatsapp para quienes vivimos en la calle. A partir de allí, todo empezó a cambiar.
La gente se presentó una por una y compartió noticias, preguntando si alguien necesitaba comestibles u ofreciendo juguetes que ya no usan y comida preparada por ellos. El grupo llegó a tener 98 miembros.
A los chicos que no podían celebrar sus cumpleaños se les cantaban temas alusivos y la cuadra se llenaba de globos atados a las ventanas. Recaudamos dinero para mujeres que eran maltratadas por sus parejas.
El distanciamiento social nos acercó.
Soy mexicana y he trabajado en el Medio Oriente y en el continente americano. Cuando llegué a Gran Bretaña encontré un rincón de Inglaterra con edificios viejos y bosques como los de Harry Potter.
Al empezar la pandemia, hice lo que me resulta natural como fotógrafa. Empecé a tomar fotos de la gente a mi alrededor, una por una.
Clare O´Connell, quien toca el violonchelo, ofrece conciertos improvisados desde su casa en el número 51. En el aniversario de la victoria sobre los nazis en la Segunda Guerra Mundial, el 8 de mayo, Nyree O´Brien dirigió una banda de la comunidad que interpretó “We´ll Meet Again” (Nos volveremos a ver), un tema muy popular de esa época. El miembro más joven de la banda tenía cinco años.
Acto seguido la banda tocó “Come Together” (Reunámonos), de los Beatles.
“En realidad, eso es lo que todos queremos hacer”, dijo ella.
Hay archivos del pueblo que se remontan al 970. Figuran en el Domesday Book, una especie de censo de la época. Sobrevivió a las plagas que azotaron Gran Bretaña en el 1300 y el 1600. Desde que se construyó mi cuadra, ha sobrevivido a la Influenza Española y a dos guerras mundiales.
Les dejo un registro de mis vecinos y de la gente que llegué a conocer gracias al distanciamiento social.
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