En un día en el que los nuevos casos de coronavirus se dispararon, los suministros de equipo de salud eran escasos y un médico angustiado advirtió que estaba siendo enviado a la guerra sin balas, un avión de carga aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles, supuestamente trayendo la munición que médicos y enfermeras han estado pidiendo: alunas de las primeras mascarillas N95 que han llegado a Estados Unidos en casi seis semanas.
Trabajadores de salud que carecían de la crucial protección ya habían contraído COVID-19 tras tratar a pacientes infectados con el contagioso coronavirus. Ese mismo día, un médico que le había dicho a un amigo en un mensaje de texto que no se sentía seguro sin suministros protectores o mascarillas N95 murió a causa de la infección. Fue la primera de esas muertes reportada en Estados Unidos de acuerdo con el Colegio de Médicos de Emergencias de Estados Unidos.
Pero el cargamento que arribó esa noche a finales de marzo no iba a resolver el problema. Una investigación de The Associated Press concluyó que esas mascarillas eran falsificaciones: como lo son millones de mascarillas, guantes, batas y otro equipo médico siendo usando en hospitales en todo el país.
Antes de la pandemia, las agencias federales de comercio en Estados Unidos estaban centradas en el combate a falsificaciones de artículos de lujo y software, mayormente de China. A medida en que la enfermedad se diseminó por Estados Unidos, la misión cambió a los suministros médicos. Hasta la fecha, la Operation Stolen Promise, iniciada por la agencia de investigaciones del Departamento de Seguridad Nacional, ha llevado a 11 arrestos y 519 confiscaciones, pero las falsificaciones siguen llegando — no solamente mascarillas, sino también medicamentos con etiquetas cambiadas y pruebas y curas falsas para COVID-19, de acuerdo con la agencia.
“Es algo sin precedentes”, dijo Steve Francis, subdirector de la HSI para investigaciones de de comercio global. “Estos son tiempos realmente malos para las personas que están tratando de hacer lo correcto y ayudar y que terminan siendo explotados”.
La historia de cómo una marca de falsificaciones ha infiltrado las cadenas de suministro en Estados Unidos ilustra cómo la falta de coordinación en medio de amplias escaseces ha sumido en el caos el sistema médico del país.
LAZOS
La AP identificó las mascarillas falsificadas al revisar imágenes del cargamento en Los Ángeles. El indicio: esas mascarillas tenían lazos para las orejas, mientras que las auténticas tienen bandas que van alrededor de la cabeza, para un mejor ajuste.
Las cajas azules y amarillas descargadas en un almacén en el sur de California llevaban el nombre de la fábrica china Shanghai Dasheng. Las mascarillas adentro llevaban un sello que decía que habían sido aprobadas por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH)— lo que significaría que habían sido certificadas por el gobierno estadounidense como seguras para trabajadores de salud. Las mascarillas N95 filtran 95% de las partículas en el aire, incluso algunas demasiado pequeñas para ser bloqueadas por mascarillas quirúrgicas menos ajustadas.
Pero el día antes de que arribasen, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades emitieron una advertencia muy específica: todas las mascarillas N95 de Shanghai Dasheng con lazos para las orejas eran falsificaciones.
Esas mascarillas son más baratas de producir porque los lazos están adjuntados con pegamento, mientras que las bandas en las mascarillas genuinas son cosidas, engrapadas o soldadas para establecer un sello más firma sobre la nariz y la boca.
E incluso si las fibras electrocargadas en la mascarilla son las mismas, las mascarillas con aros para las orejas no son igualmente efectivas porque las minigotas en el aire que llevan el virus pueden entrar por las separaciones.
“El fluido sigue el camino de menos resistencia: si alguien está respirando y el respirador el filtro no está bien ajustado”, dijo el experto de enfermedades infecciosas Shawn Gibbs, decano de facultad de salud pública de la Universidad Texas A&M.
La AP rastreó otros embarques de mascarillas N95 de Shanghai Dasheng cuando ingresaron al sistema de salud de Estados Unidos. Los recibos y etiquetas de embarque, cartas certificadas y entrevistas con más de una decena de compradores, distribuidores e intermediarios apuntaron a las oficinas corporativas y una atareada fábrica de la Shanghai Dasheng Health Products Manufacture Company.
La compañía no respondió a preguntas de la AP sobre las mascarillas. Y la AP no pudo verificar independientemente si están produciendo otras falsificaciones ni si, como dijeron los CDC en una advertencia pública, alguien está utilizando los números de certificación de Shanghai Dasheng “sin su permiso”.
Separadamente, los CDC le dijeron a la AP que han estado hablando con Shanghai Dasheng sobre asuntos de autenticidad.
“Recientemente, NIOSH ha recibido reportes de que se trata de un producto siendo obtenido directamente de la fábrica de Shanghai Dasheng , etiquetado como si estuviera aprobado por NIOSH, con lazos para las orejas”, dijo la portavoz de la agencia Katie Shahan en un correo electrónico a la AP. Shahan dijo que las N95 de Shanghai Dashengson son falsas.
En su portal en internet, Shanghai Dasheng advierte: “NOSOTROS NO TENEMOS DISTRIBUIDORES, COMERCIANTES NI FÁBRICAS AFILIADAS. CUIDADO CON LAS FALSIFICACIONES”.
El ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo el martes en una declaración que el país ha proveído un robusto suministro de alta calidad de productos médicos para el control y prevención de la pandemia global.
“Hasta ahora, solamente unos pocos de los productos exportados han tenido problemas de calidad o estándares”, dijo el ministerio.
El importador Mark Kwoka, basado en Florida, dijo que piensa que las mascarillas Shanghai Dasheng con lazos para las orejas que él obtuvo provinieron de su fábrica, basado en la información que recibió de sus socios en China.
“Esto se está saliendo de control”, dijo Kwoka, que hizo carrera en el diseño y producción de vestidos de novias en China pero ahora tornó su atención a las mascarillas.
En un día reciente, vendedores fuera de las puertas de la fábrica estaban ofreciendo aceptar pedidos de mascarillas N95 aprobadas en Estados Unidos. No estaba claro si los vendedores estaban recibiendo sus productos de la fábrica. Un guardia de seguridad dijo a un reportero que él pensaba que los vendedores tenían mascarillas falsas, pero la policía en una estación vecina no pudo confirmarlo. El guardia de seguridad les ordenó a los periodistas que se fueran.
Shanghai Dasheng es uno de los mayores productores de N95 auténticas en el mundo y apenas uno de un puñado de productores en China certificados por NIOSH para proveer N95.
En tiempos normales, Shanghai Dasheng era la referencia para N95, de acuerdo con varios comerciantes que trabajan en China, pero en el torbellino de esta epidemia, muchos dicen que las mascarillas baratas están proliferando.
Mientras tanto gobiernos estatales y locales, hospitales, cuidadores privados y otros han gastado millones de dólares en las mascarillas defectuosas. Antes de la pandemia, las mascarillas N95 se vendían por 60 centavos cada una. Actualmente, se venden por hasta 6 dólares.
“Es terrible, simplemente terrible”, dijo David Schildmeier, portavoz de la Asociación de Enfermeras de Massachusetts.
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