Cómo cambió el mundo hace cien años con la gripe española, la peor pandemia del siglo XX



Pasó a la historia como “gripe española” por la atención que se le dio en los medios de ese país, que no estaban sometidos a la fuerte censura de los de los países que participaban en la guerra.

Es posible que hasta hace unos meses no hubieras oído hablar de la “gripe española“, la pandemia que mató a millones de personas a principios del siglo XX. Y seguramente con la crisis del coronavirus ya habrás oído mencionarla. Catalogada a menudo como “la madre de todas las pandemia”, la que pasaría a la historia como gripe española causó la muerte de entre 20 y 50 millones de personas alrededor del mundo, según cálculos de la Organización Mundial de la Salud.

Se extendió entre 1918 y 1920, y los cientícos creen que fue contagiada al menos un tercio de la población mundial de aquel entonces, calculada en 1.800 millones de habitantes. Incluso causó más muertes que la I Guerra Mundial, que estaba terminando justo cuando se desató la pandemia. Mientras el mundo reacciona ante la covid-19, te proponemos mirar hacia el pasado hasta el tiempo de la última gran pandemia que puso en compás de espera al planeta.

Hay estudios que apuntan a que la epidemia comenzó en EE.UU., otros apuntan a Francia en 1916 o en China y Vietnam en 1917. Los doctores de entonces sabían que un microorganismo era responsable de la epidemia de gripe y que la enfermedad se podía transmitir persona a persona, pero pensaban que la causa estaba en una bacteria, no un virus. Los tratamientos también eran limitados. El primer antibiótico solo fue descubierto hasta 1928 y la primera vacuna para la gripe solo estuvo disponible en los años 40. Pero ante todo, no había sistemas públicos de salud. E incluso en los países desarrollados la salud era un lujo.

Jóvenes y pobres

Para empeorar las cosas, la pandemia de 1918 atacó de una manera que no se había visto en las anteriores, como la que ocurrió entre 1889 y 1890, y causó la muerte de cerca de un millón de personas. La mayoría de las víctimas fatales fueron personas entre los 20 y los 40 años, y los hombres se vieron notoriamente más afectados que las mujeres. Probablemente porque se cree que la pandemia se inició en uno de los atestados campos de batalla del Frente Occidental y después se dispersó cuando los soldados regresaron a casa de la guerra.

La enfermedad también fue implacable con los países más pobres. Un estudio de la Universidad de Harvard, publicado este año, estima que cerca del 0,5% de la población de EE.UU. de aquel entonces murió debido a la epidemia (cerca de 550.000 personas). En cambio, India vio fallecer a 17 millones de personas en el país debido a la enfermedad. “Las víctimas que produjeron la I Guerra Mundial y la gripe española tuvieron un desastroso impacto económico”, dijo Catharine Arnold, autora del libro “Pandemia 1918”. Los abuelos de Arnold estuvieron entre las víctimas de esa pandemia. “En muchos países, no quedaban hombres jóvenes para llevar adelante el negocio familiar, dirigir las granjas, capacitarse para profesiones y ocios, casarse y criar hijos para reemplazar a esos millones que habían muerto”, explicó Arnold. “La falta de hombres elegibles llevó al llamado problema de las ‘mujeres de repuesto’, con millones de mujeres que no lograron encontrar una pareja adecuada”, añadió.

Mujeres al trabajo

Aunque la epidemia no causó cambios radicales en la estructura social -no tan grandes como la caída del feudalismo por la peste negra en el siglo XIV, por ejemplo-, sí fue fundamental para inclinar la balanza de género en muchos países. La investigadora de la Universidad Texas A&M Christine Blackburn indicó que la merma en la fuerza laboral en EE.UU. les abrió varias puertas a las mujeres.

Las escasez de hombres tras la I Guerra Mundial permitió a las mujeres acceder al mercado laboral. “La falta de trabajadores causada por la gripe y la guerra le dio a las mujeres el acceso al mercado laboral”, explicó Blackburn. “Para 1920, las mujeres eran el 21% de todos los empleados en el país”, agregó. Ese mismo año el Congreso de EE.UU. raticó la decimonovena enmienda de su Constitución, que otorgaba el derecho al voto a las mujeres. Además, las nuevas trabajadoras se beneciaron de los aumentos salariales que resultaron de la escasez de mano de obra. En Estados Unidos, por caso, los datos del gobierno muestran que los salarios en el sector manufacturero aumentaron de US$0,21 la hora en 1915 a US$0,56 en 1920.

Legado genético

Los cientícos descubrieron que los bebés que habían nacido durante la epidemia eran más propensos a desarrollar condiciones como afecciones cardiacas, en comparación con los niños que habían nacido antes o después del brote.

Los estudios en varios países mostraron que los bebés nacidos durante la pandemia estaban más expuestos a la enfermedad y tenían menos probabilidades de ser empleados Análisis hechos en Reino Unido y Brasil mostraron que los nacidos entre 1918 y 1919 también tendían a tener menos opciones de acceder a educación superior o ser empleados de tiempo completo. Algunas teorías sugieren que el estrés causado por la pandemia en las madres podría haber afectado el desarrollo del feto. Otra pista del impacto genético de la pandemia fue hallada en un análisis en la información de reclutamiento de soldados para el ejército de EE.UU., que decía que los jóvenes nacidos en 1919 tenían “1mm” menos de estatura promedio que el resto de sus colegas.

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