Con suministros limitados para realizar pruebas de detección de coronavirus, el Pentágono se está enfocando primero en evaluar a aquellos que realizan tareas consideradas más vitales para la seguridad nacional. La lista la encabezan los hombres y mujeres que operan las fuerzas nucleares de Estados Unidos, algunas fuerzas antiterroristas y la tripulación de un portaaviones que pronto se desplegará.
Los responsables de la defensa esperan aumentar las pruebas de la tasa actual de aproximadamente 7.000 por día a 60.000 en junio. Esto les permitirá evaluar a los que muestran síntomas y a los que no.
El escaso suministro actual obligó al Pentágono a avanzar por etapas, que incluye examinar a los marineros a bordo del USS Nimitz, el buque de la Armada anclado en Bremerton, Washington, próximo en zarpar al Pacífico. Las autoridades buscan evitar los problemas que asolaron al USS Theodore Roosevelt, donde hubo un brote viral. El viernes, la Marina reveló otro contagio en otro barco en altamar, el USS Kidd.
A pesar de que el presidente Donald Trump afirma que Estados Unidos tiene capacidad para realizar tests, los funcionarios del Pentágono creen que habrá suficientes pruebas para todos los miembros del servicio hasta el verano.
El secretario de Defensa Mark Esper aprobó recientemente el método escalonado, el cual expande la práctica del Pentágono de evaluar principalmente a aquellos que muestran síntomas del virus y al final, examinar a todos. Muchos portadores de virus no muestran síntomas, pero pueden ser contagiosos, como se descubrió a bordo del Roosevelt.
El objetivo es asignar pruebas para proteger lo que el ejército considere más importante, sin agotar los suministros para grupos de alto riesgo en la población civil, incluidos los ancianos y profesionales de la salud.
Mantener el coronavirus alejado de la fuerza nuclear ha sido prioridad desde los primeros días de esta crisis. Hay varias razones para eso, incluida la opinión del Pentágono de que operar esas fuerzas las 24 horas del día, los siete días de la semana, es fundamental para disuadir un ataque contra Estados Unidos. Además, hay un número limitado de personal militar certificado para realizar esas misiones, que incluyen el control de misiles balísticos intercontinentales Minuteman 3 desde estrechos módulos subterráneos y la operación de submarinos nucleares.
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