Mientras Donald Trump ofrecía su rueda de prensa diaria sobre el coronavirus, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, advertía a los estadounidenses que “ignoren las mentiras” e “insistan en la verdad” en momentos en que Estados Unidos analiza sus próximos pasos frente a la crisis de sanidad.
Los incisivos comentarios de Pelosi sobre la manera como Trump ha manejado la crisis durante un mes contrastan con la premura del presidente para reabrir la economía.
“Hay decisiones importantes por delante”, escribió Pelosi en una carta dirigida a los legisladores demócratas. “Pero si no partimos de la verdad, se perderán más vidas, y el sufrimiento y las dificultades económicas se alargarán innecesariamente”.
Pelosi dijo que el presidente hizo caso omiso de las advertencias iniciales sobre el virus y tomó medidas “insuficientes” que “causaron muertes y un desastre innecesarios”. Debido a su “incompetente” reacción, la economía está hecha ahora un “desastre”, aseveró.
“La verdad es que una persona débil, un mal líder, no asume ninguna responsabilidad”, escribió.
La misiva resulta llamativa porque la legisladora típicamente se reserva sus críticas más severas de Trump a los ámbitos meramente privados. Ni Trump ni Pelosi se dirigen la palabra.
“La verdad es que, a partir de este momento, los estadounidenses deben ignorar las mentiras y comenzar a escuchar a los científicos y otros profesionales respetados a fin de protegernos a nosotros y a nuestros seres queridos”, escribió Pelosi a sus colegas. “Nuestro futuro será saludable y próspero si dejamos de tolerar las mentiras y los engaños”.
Los demócratas y republicanos están atascados en torno al próximo plan de asistencia federal, adicional a los 2,2 billones de dólares aprobados el mes pasado.
El Congreso permanecerá prácticamente cerrado el resto del mes, y sus próximas sesiones fueron reprogramadas hasta el 4 de mayo con el argumento de que es necesario proteger a los legisladores de la pandemia del coronavirus.
La edad promedio de los legisladores es de 60 años, un grupo etario que se sabe es más vulnerable al COVID-19.
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