Estados Unidos ha expulsado o deportado a unos 6 mil 306 migrantes que cruzaron por la frontera sur a México o sus países de origen, bajo una normativa que avaló la administración para frenar la expansión del Covid-19, reveló hoy la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
En conferencia de prensa, el comisionado en funciones de la CBP, Mark Morgan, señaló que “esto no tiene que ver con migración, sino con salud pública. Se trata de aplicar estrategias de mitigación y contención agresivas”.
Estados Unidos ha utilizado una turbia orden sanitaria para justificar agresivas medidas de contención fronteriza que echan por tierra leyes nacionales e internacionales vigentes durante décadas.
Según la CBP, la medida ha reducido el número de detenidos en estaciones fronterizas, donde el temor es que se propague el coronavirus.
La agencia dijo que actualmente tiene menos de 100 detenidos en custodia, en comparación con los 20 mil que tenía en esta época el año pasado, durante la crisis fronteriza.
Morgan detalló que desde que se implementaron las expulsiones rápidas, el número de cruces ilegales ha caído 56%. Reconoció que se han cerrado prácticamente las puertas a los solicitantes de asilo que huyen de la persecución, así como a los que intentan entrar ilegalmente.
“Los indocumentados o que no tienen documentos o autorización son devueltos”, dijo, citado por el diario The Washington Post.
La organización promotora de los derechos humanos WOLA criticó la nueva política de la administración de Donald Trump.
“Estados Unidos, que actualmente tiene el mayor número de caos de Covid-19 en el mundo, está poniendo al globo en riesgo al seguir deportando migrantes durante esta pandemia”, señaló.
Añadió que “en momentos en que los viajes están restringidos a nivel mundial y las ciudades y estados implementan órdenes para quedarse en casa, es inhumano y peligroso seguir deportando individuos, familias y niños de Estados Unidos”.
También dijo tener reportes de que entre los deportados ha habido algunos que regresaron a los países centroamericanos con síntomas de Covid-19 y al menos tres casos de migrantes guatemaltecos que dieron positivo al coronavirus al ser devueltos por Estados Unidos, despertando temores de que hayan podido contagiar a más personas durante sus vuelos de regreso.
.