NUEVA YORK.
España e Italia trataban de evitar el colapso de sus sistemas sanitarios. En España, los hospitales de al menos la mitad de las 17 comunidades autónomas tenían ocupadas todas o casi todas sus plazas de cuidados intensivos y el 14% de los 88.000 infectados eran personal sanitario, según las autoridades.
Estados Unidos parecía encaminado a superar el martes las 3.300 muertes de China. Sin embargo, los expertos señalaban que todas las cifras oficiales reportadas por estados y gobiernos en esta pandemia presentaban diferentes fallos, como la realización de pocas pruebas del virus, casos leves no contabilizados o la determinación de algunos gobiernos de controlar la narrativa sobre la pandemia.
“Esta va a ser una batalla a largo plazo y no podemos bajar la guardia”, dijo Takeshi Kasai, director regional de la OMS para el Pacífico Occidental. “Necesitamos que cada país siga respondiendo en función de su situación local”.
Las afectadas Italia y España suponen ahora más de la mitad de los casi 38.000 fallecidos por COVID-19, según cifras de la Universidad Johns Hopkins.
Más allá de las miles de muertes, la pandemia ha paralizado la vida cotidiana para miles de millones de personas y desatado el caos en los mercados financieros y la economía mundial.
Italia y España reportaron más de 800 muertos cada una el lunes, aunque el responsable de emergencias de la OMS dijo que los casos podrían estar estabilizándose. Italia sumaba casi 11.600 fallecidos, el número más alto del mundo por ahora, aunque sus tasas de infección iban cayendo.
En Nueva York, epicentro del brote en Estados Unidos, Cuomo y las autoridades sanitarias advirtieron el lunes de que la crisis allí era un adelanto de lo que podrían afrontar pronto otras poblaciones estadounidenses. La cifra de muertos en el estado de Nueva York superó las 250 en un día, a más de 1.200 en total, la mayoría en la ciudad.
“Hemos perdido más de un millar de neoyorquinos”, dijo Cuomo. “Para mí, ya estamos más allá de lo impresionante”.
Incluso antes de la petición del gobernador, cerca de 80.000 exenfermeras, médicos y otros profesionales se presentaron voluntarios, un barco hospital de la Marina llegó con 1.000 camas para aliviar la carga de hospitales sobrepasados.
Las autoridades de California también pidieron voluntarios para los centros médicos, después de que la cifra de hospitalizados por coronavirus se multiplicara por dos en cuatro días y el número de pacientes en cuidados intensivos se multiplicara por tres.
Los expertos, sin embargo, mantienen que la pandemia sólo se derrotará con las medidas de distanciamiento social que han recluido a miles de millones de personas.
La doctora Chiara Lepora, que lidera los esfuerzos de Médicos Sin Fronteras contra el foco de infecciones de Lodi, en el norte de Italia, dijo que la pandemia ha mostrado problemas cruciales en la sanidad de países desarrollados.
“Los brotes no pueden combatirse en hospitales”, dijo. “Los hospitales solo pueden lidiar con las consecuencias”.
En el estado sureño de Florida, las autoridades tenían previsto reunirse el martes para decidir si se permitía atracar al crucero Zaandam tras más de dos semanas en el mar.
En un viaje soñado por América del Sur convertido en pesadilla, decenas de pasajeros han reportado síntomas similares a la gripe y cuatro personas han muerto. La empresa propietaria dijo que otras ocho personas habían dado positivo en el virus, pero 2.300 pasajeros y tripulantes mostraban buena salud.
Más de 235 millones de personas -en torno a dos de cada tres estadounidenses- viven en los 33 estados donde los gobernadores impusieron cuarentenas o recomendaciones de permanecer en casa.
En contraste, la crisis parecía remitir en China. Las autoridades del país más poblado del mundo reportaron el martes apenas 48 casos nuevos del virus, todos llegados del extranjero.
Más de 750.000 personas se han contagiado en todo el mundo por ahora, y más de 37.000 han muerto, según la Universidad Johns Hopkins.
La mayoría de los pacientes sufren síntomas leves o moderados como fiebre y tos, que duran hasta dos o tres semanas. Pero el virus puede matar o causar complicaciones graves como la neumonía, especialmente en ancianos o personas con problemas médicos previos. Más de 160.000 personas se han recuperado ya, de acuerdo con Johns Hopkins.
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