En el sector del Puente Viejo ya acampan decenas de familias indígenas originarias de estados como Oaxaca, Chiapas y Guerrero, que han llegado a esta frontera huyendo de la pobreza y la persecución política que se ha suscitado en sus regiones.
Nada ha cambiado con el nuevo gobierno y se han aventurado a dejar sus tierras, donde trabajan todo el día por un sueldo paupérrimo que no les alcanza para solventar sus necesidades básicas.
Manuel, originario de Chiapas, asegura que salió de su pueblo porque los políticos traen conflictos y eso ha mermado su tranquilidad, aunado a que es mínimo el salario por esas zonas.
Amanda Hernandez, nombre ficticio de una chiapeneca, quien pidió el anonimato, expresó que dejó su natal San Juan Chamula por que ella practica la religión del Séptimo Día y en ese territorio no se permite el culto libre.
La presidenta de Ayudándoles a Triunfar, Gladys Cañas, expuso que son 260 los que ya han llegado a Matamoros y aunque algunos han pasado a territorio norteamericano, es incierto si se les brindará asistencia.
Mencionó que se hará lo posible para apoyarlos en su estancia en la localidad, donde han sido humillados, de acuerdo a lo que declararon los mexicanos.