DELIA ALVAREZ.
A lo largo de esta linea en tiempo y espacio que llamamos vida, los seres humanos interactuamos entre nosotros mismos, y nos vamos diferenciando por los actos que brindamos hacia los demás, llegamos a apreciar mas a quienes hacen una diferencia en nuestras vidas con sus acciones de bondad y de servicio.
En esta ocasión solicite a la Redacción de El VALLE NOTICIAS, el pode ser yo la que escribiera la lamentable noticia del deceso de un extraordinario ser humano, gran empresario del Sur de Texas, especialmente de Brownsville, un excelente padre de familia y un entrañable e irremplazable amigo, Don Mario Villarreal.
Ayer a las 1:11 de la mañana, a la edad de 90 años, Don MARIO VILLARREAL emprendió su partida hacia los brazos del Señor.
En estas ocasiones es cuando faltan las palabras para poder describir a alguien como él, porque hablar de Don MARIO VILLARREAL, es traer a la mente un cumulo de experiencias, la mayor parte de ellas tienen su sello personal de brindar la mano amiga que siempre esta dispuesta a ayudar a quien lo necesita.
La humildad y nobleza definían a Don Mario, su voz fuerte resonaba en toda su oficina, dirigiendo a todos, solucionando todo, informando de todo y como siempre ayudando a todos.
Uno podía ver en su mirada compasión cuando se percataba de que alguien tenía hambre o algún sufrimiento, y lo que le hacia diferente a otros funcionarios era que su compasión no se quedaba con él, sino que la aplicaba con hechos, ayudando como podía, a quien tuvo hambre le dio un plato de comida y a quien requería de ayuda si estaba en sus manos se la brindaba.
Siempre al día con las noticias era un indicador de el diario desarrollo económico en esta área fronteriza y un hombre de visión para el empuje y crecimiento de esta ciudad.
Muy apreciado por todos, contaba con amistades muy selectas de fama internacional y nacional, así como de líderes locales, pero eso nunca le hizo olvidar a la gente de abajo, a los necesitados, su mano estuvo siempre extendida para quien le pidiera ayuda.
Y es que cada ser humano pocas veces se encuentra a una persona como él, que ayuden a su prójimo sin ningún interés, o esperando recibir algo a cambio, con el paso del tiempo ya no es fácil encontrarlos.
Mario, nunca olvido sus orígenes, los que recordaba lleno de alegría, en el antiguo “Downtown de Brownsville”, que lo conocía como la palma de su mano, cerca de ahí vivió y creció, siempre recordando a sus padres y hermanos, a los que siempre procuro.
Orgullosamente brownsvillense y conocedor de la historia de su ciudad, se podía entablar con él una conversación de historia sobre la frontera de Brownsville y Matamoros, con datos específicos de importantes acontecimientos.
Don Mario Villarreal también fue un veterano que sirvió en la Guardia Nacional de los Estados Unidos y Texas. Se alistó el 30 de octubre de 1947, donde alcanzó el rango de Líder de pelotón, el sargento, y más tarde el teniente primero en la Compañía A, 112º Regimiento de Caballería Armada Ligera. Fue dado de baja honorablemente en junio de 1963.
Su primer trabajo fue a partir de 1951 con la Ciudad de Brownsville, en la Junta de Servicios Públicos, (conocida por sus siglas en inglés como BPUB), y alrededor de un año experimento con una compañía en el Puerto de Brownsville de nombre Hydrrock, pero regreso al municipio hasta casi los años setentas y después consigue un nuevo empleo en la empresa Services Electric.
Fue en 1974 cuando decide lanzar su propia compañía a la que nombro Promociones y Edificaciones Sociedad Anónima, después cambio el nombre a PESA Sales Company, y fnalmente al paso del tiempo se convertiría en lo que hoy se conoce como una exitosa compañía local PESA ENTERPRISES, la cual dirigió hasta el final de sus días y aún se localiza en la 700 E. Levee Street, como uno de los edificios altos y modernos del corazón del centro de esta ciudad fronteriza.
Fue también comisionado del Puerto de Brownsville por el periodo de 1996 hasta el año 2000, en los cuales los dos primeros años fue electo el presidente de la comisión en el Distrito de Navegación, y los siguientes dos años asumió la vicepresidencia.
El Puerto fue para Don Mario Villarreal una inspiración y durante su época, se registro un despunte hacia un mayor desarrollo en el área portuaria local.
Así como también siempre se involucró en proyectos de beneficio para la ciudad de Brownsville, entre sus ultimas acciones, no dejo de insistir hasta lograr que se restaurara la fuente del Parque Washington, aledaña a la calle Jefferson que fue donde creció y que para él era un gran recuerdo de infancia pues platicaba que su padre junto con Mary Yturria intervinieron para que se construyera.
En dicha renovación de la fuente se colocaron las luces de colores, que ahora dan un toque de ilusión y magia especialmente a los pequeños y él mismo se encargo de que se instalarán lámparas para su iluminación.
Durante toda su vida brindo muchas ayudas anónimas, muchas de ellas donaciones arriba de mil dólares, en situaciones de familias con una emergencia médica o tragedia.
Hoy que me despido de DON MARIO VILLARREAL, escribo su nombre en letras mayúsculas a manera de respeto, admiración y cariño, le agradezco la ayuda que en diversos momentos me otorgo, especialmente en mi trabajo, y más le agradezco el haberme hecho sentir como una amiga, de involucrarme con su familia como si lo fuera, aquellas invitaciones repentinas a comer, y la hermosa amistad y cariño que me cultivo con sus hijas Mary Alice Scott y Ana Villarreal, y que es ahora el vínculo más importante que me queda de él, una herencia que sabré atesorar.
Gracias DON MARIO VILLARREAL, VUELE ALTO, MUY ALTO QUE EL CAMINO ESTA LIBRE PARA SERES DE TALLA COMA LA SUYA. Me quedo con su amistad, con recuerdos de gratos momentos compartidos. Extrañare su guía y consejo sobre la política de esta localidad, su opinión y crítica sobre el diario acontecer, el llegar a su oficina para que me platicara los últimos acontecimientos que siempre llegaban primero a usted que a nuestras manos como reporteros.
Hombre de mente vivaz y divertida, que siempre supo ser un amigo. Gracias por ser mi amigo. Descanse en paz, Don Mario Villarreal.
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