Este año el Miércoles de Ceniza trajo la oportunidad de reflexionar sobre la crisis humanitaria que se vive en la región, debido a la presencia de cientos de migrantes de todo el mundo que buscan asilo en Estados Unidos, consideró el obispo de la Diócesis de Matamoros.
Eugenio Andrés Lira Rugarcía hizo un llamado a la comunidad católica a no solo abstenerse de la carne, sino a compartir y ayudar a quien lo necesita, en especial con las familias que durante ya varias semanas han sufrido hambre, frío y enfermedades en los campamentos que han improvisado cerca de los puentes internacionales.
El líder religioso retomó las palabras del Papa Francisco, al afirmar que “con la limosna salimos de la ávida necesidad de acumular cosas y experimentar la alegría de abrirnos a los otros”.
“Iniciamos este tiempo maravilloso que Dios nos regala, de la cuaresma, como una forma de prepararnos para la Pascua que es la celebración más importante, donde vamos a contemplar como Jesús nos ha demostrado que el auténtico poder capaz de vencer al pecado, el mal y la muerte es el amor”, expresó.
El obispo hizo hincapié en pedir a la comunidad que sensibilice con el drama que viven las personas que ha dejado su tierra, a su familia y sus lazos para ir a otro país huyendo de la pobreza y la violencia.
Asimismo recordó que la Diócesis de Matamoros, a través de la Pastoral Social de Movilidad Humana, sostiene dos casas de migrantes, una en Matamoros y otra en Reynosa, las cuales han sido rebasadas en su capacidad y requieren ayuda.
“Es bien importante que en esta cuaresma entremos en esta dinámica del amor y nos decidamos a dar amor a aquellos que nos rodean, empezando por casa, siguiendo con nuestros ambientes de vecinos, escuela, trabajo, de comunidad y de sociedad, mirando y atendiendo a aquellos que viven una situación difícil, como los pobres, los enfermos y los migrantes”, remarcó.
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